Llegados a este punto de en-red-amiento de nuestras vidas, todo lo que no publiquemos en Facebook, en twiter o no difundamos por watsapp, ni lo hemos visto, ni hemos estado, ni prácticamente existe. Es más, preguntaría yo, ¿contamos las cosas que nos suceden o nos suceden las cosas que contamos?
Bueno, pues en el ámbito de la virtud, ni face, ni twiter ni nada que se le parezca. Todo lo bueno que hagamos ha de ser en la más estricta intimidad y discreción. Esta es la condición para que podamos hablar de virtud. De lo contrario, es decir, de esas otras cosas buenas que hacemos de “cara a la galería”, buscando el aplauso, el halago, el “favor prestado”,… nada, ni virtud ni nada, simple apariencia y ostentación.
A muchos de vosotros se os estará viniendo a la mente aquello de “cuando des limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”, ¿verdad?
Pues eso, “self o no self, esa es la cuestión”. Y, en temas de virtud, no sé, pero me da que es más cuestión de “no self”, ¿no te parece?
En fin.
Enlace a la publicación en Facebook.
Hasta el próximo jueves.
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