Desde pequeñito nos han contado la historia del Diluvio Universal, del Arca y de su timonel, el Patriarca y santo varón, Noé (s. XXX-XX a. C.) que ahí donde lo veis vivió 950 años, ¡lo que hace cuidarse bien, eh!.
Bueno, y todo lo demás os resulta conocido, ¿no? una pareja de cada especie, 40 días y 40 noches lloviendo ininterrumpidamente, la suelta del cuervo y de la paloma que volvieron por no tener donde posarse, y cómo a los siete días Noé volvió a soltar una paloma volviendo ésta con un ramo de olivo en su pico, imagen que hasta hoy es símbolo de paz, … (Génesis 6-7) Tenía entonces Noé, unos 600 años, pues eso, un chaval, y por orden de Dios aguantó seis meses más en el Arca esperando a que las aguas volvieran a su cauce y, posteriormente, viviría unos 300 años más.
Y, es por todo ello, por lo que a Noé le podremos hablar y porfiar de todo y por su orden, pero ¿de agua y de lluvia? Pues va a ser que no. Nos dará sopa con ondas, tiene sobrada experiencia y, como muy a menudo decimos, “viene de vuelta”, y probablemente nos soltaría aquello de, “tú qué me vas a contar a mí”.
Pues eso, amigos, que no vayáis a Noé a quejaros de que está chispeando sabiendo que él ha sobrevivido, ni más ni menos, que a un diluvio y que, lo más educado que nos podría soltar será, “pero, ¡qué me vas a contar tú a mí de agua, si ni siquiera te has mojado!”.
Queda claro que la experiencia en esto de llover también es un grado, ¿no?
En fin.
Enlace a la publicación en Facebook.
Hasta el próximo jueves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario