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Traer por la calle de la Amargura

14ª Entrega #dsdelcampanario
(Comentarios al refranero popular-religioso castellano) 



 Traer por la calle de la Amargura

Cualquiera de nosotros, en momentos en los que el cansancio, los exámenes, las deudas, problemas con los hijos o las amistades, trabajos pendientes,… nos agobian, hemos pronunciado esta expresión para significar precisamente, eso, que lo estamos pasando mal, que sufrimos, que no somos capaces de quitarnos aquello que, literalmente, nos “subyuga” y “azota” y que, por tanto, nos genera sufrimiento en la travesía de ese mal trago en la vida en el que no vemos final ni solución.

La Calle de la Amargura o Vía Dolorosa, en la Ciudad Vieja de Jerusalén,  se corresponde con una parte del camino que Cristo tomó, cargando con la Cruz, en dirección al Gólgota (Monte de la Carabela, a las afueras de la ciudad), lugar donde se produjo la Crucifixión.  

Hemos de suponer que Jesús cuando atravesaba esa calle, “la de la Amargura”, no lo hubo de pasar nada de bien, es más, el sufrimiento que experimentase sería, infinitamente superior al nuestro, pero claro, a cada uno le duele lo suyo  y cuando atravesamos esos malos momentos evocamos nuestro particular “vía crucis” a lo largo de  nuestro “traer por la calle de la Amargura”.

Hay muchas ciudades en las que existe la Calle de la Amargura y que, por lo general, están vinculadas a los recorridos de los desfiles procesionales, sobre todo de las Estaciones de Penitencia, y en las que se celebran los famosos encuentros entre cristos y vírgenes. En algunas de estas ciudades, como Madrid, existen varias leyendas sobre el origen de la calle y de la expresión “traer por la calle de la Amargura”, pero yo, leídas todas, me quedo con su origen “jerosolimitano” (de Jerusalén).

En fín.
Hasta el próximo jueves.

Calle de la Jerusalén antigua.


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