Una decisión, un juicio o impartir justicia salomónica se fundamenta sobre uno de los episodios más conocidos del Antiguo Testamento, concretamente el que relata el libro I de los Reyes (3, 16-28) y en el que aparece este gran Rey que lo fue, Salomón, cuyo reinado transcurrió allá por el siglo X a. de C.
Cuenta este relato que un día se presentaron ante el poderosísimo rey dos madres, el hijo de una de las cuales había muerto y que se disputaban la maternidad del otro bebé. Salomón al ver que no había manera de poner de acuerdo a estas madres para saber a cuál de ellas correspondía el niño con vida, optó por la “calle de en medio”: “Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra”. Ante lo cual, la verdadera madre pidió desesperadamente que le dieran el niño a su rival.
Esa actitud de generosidad y amor hacia el bebé fue la que sirvió al gran rey para descubrir quién era la verdadera madre: la que no estaba dispuesta a permitir la muerte de su hijo y que prefería perderlo antes que darle muerte.
Ni para una ni para la otra, a la mitad y se acabó la discusión. A menudo tomar una decisión de este calado facilita conocer quién es el que posee la razón y quién es el que se mueve por aviesos intereses.
En fin.
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Saludos y hasta el próximo jueves.
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